viernes, 23 de octubre de 2009

Reencuentro entre los Signes de Gata de Gorgos y la Ribera

La emigración desde Gata de Gorgos (la Marina Alta) a Guadassuar (la Ribera) del vecino Inocencio Signes Fornés, segundo de 12 hermanos, hizo que la fiesta de reencuentro de los Signes de la rama de «els Canyetes» fuera posible un siglo más tarde.
La reunió oficial de los sucesores de Batiste, el «emigrante» Inocencio, Jaume, María, Mateu, Onofre, Pepa, Pepe, Quico, Teresa, Toni y Vicent, resultó todo un éxito.
Más de 40 familiares «Canyetes» acudieron desde Gata de Gorgos en un autobús. Lo mismo hicieron medio centenar desde las poblaciones de la Ribera, donde los Signes están extendidos (Guadassuar, Alzira, Alcúdia, Cullera, Carcaixent y Carlet, entre otras).
El representante de la segunda generación Arturo Signes, que en todo momento se mostró muy emocionado y todos los representantes de la tercera, primos segundos entre sí, tanto de la comarca de la Ribera como de Gata de Gorgos, participaron en una entrañable fiesta de convivencia, intercambiando anécdotas familiares en el Hort de Tona, muy cerca de la entrada al paraje natural de La Murta, en Alzira.
La historia de Inocencio, hijo de Jaime Signes Boronat (apodado «Canyetes») y María Fornés Pons, arranca en 1882.
Nació el 13 de enero de ese año y muy joven, en los primeros años del siglo XX, contactó con un amigo de milicias y marchó a Alzira a ayudarle en una tienda de ropa. Se fue de representante a Guadassuar y allí conoció a la que sería su esposa, Julieta. Su padre le ayudó a montar una tienda del comercio que él conoce en Guadasuar.
El matrimonio tuvo diez hijos y se estableció definitivamente en Guadassuar, localidad cercana a Alzira. Allí echó sus raíces. Fueron a ayudarle, Toni, uno de sus hermanos, y Jaume, uno de sus sobrinos, hijo de su hermano Jaume. Éste ya en los primeros años de la década de los 30 a punto de estallar la II República. Precisamente allí nacería otra gatera, Ana Signes Ivars, hija de Jaume.
A partir de entonces, el «Tío Inocencio» impulsó el hermanamiento entre las poblaciones de la Ribera y Gata de Gorgos, en la Marina Alta. Los intercambios familiares son constantes, pero la concentración última unió a cuatro generaciones,procedentes de aquel emigrante gatero de inicios del siglo XX.
La reunión de los «Signes-Canyetes» fue emotiva, pues 90 personas estuvieron durante toda la jornada reencontrándose con su propia historia. La descendencia de los 12 hermanos estuvo representada en muchos de sus familiares. Incluso cada persona tuvo que recomponer su árbol genealógico desde sus bisabuelos y abuelos hasta hoy. Los sombreros con el lema «Jo sóc Canyetes» y los abanicos le dieron color al calor.
En la comida, la paella valenciana, bajo la pinada, sirvió para que los artífices de reunirles a todos desde la Ribera, Juan García Signes, y desde Gata de Gorgos, Juan Signes Signes, cosecharan un gran éxito.
De hecho, los protagonistas esperan repetir el encuentro en breve, pero será en Gata de Gorgos, población desde donde partió el primer Signes de la comarca valenciana de la Ribera.

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